Bali es un lugar mágico, lleno de belleza natural y cultura única. Cuando decidí pasar el año nuevo allí, sabía que sería una experiencia inolvidable. Y no me equivoqué.
Mi 31 de diciembre comenzó con una visita al Templo de Agua Sagrada, un lugar rodeado de naturaleza donde los balineses se reúnen a orar y meditar. Fue una experiencia increíble que me ayudó a conectar con mi espiritualidad y que nos hiciéramos una limpia dejando todo lo malo y agradeciendo todo lo que tenemos en nuestras vidas.
Después de la visita del templo, tomamos una clase de yoga en The Yoga Barn en Ubud. Fue una experiencia transformadora y emocional con una maestra que nos motivó a agradecer el presente y soltar el pasado. No puedo explicar el sentimiento de haber llegado a ese lugar con música balinesa, rodeado de naturaleza que hacía que todo se te olvidara por disfrutar el AHORA.
Por la noche, fuimos al concierto de Martin Garrix en el Atlas Beach Club. Fue una experiencia totalmente diferente a lo que habíamos vivido, ya que después de la parte espiritual, tocó disfrutar de bailes y hacer amigos nuevos que también venían con Zondela Travel. Eramos demasiados turistas queriendo disfrutar de la música y del fin de año 2023. Fue una manera perfecta de cantar en voz alta y disfrutar del presente con gente que días después se convertiría en familia.
Esto fue lo que se vivió en Bali para Año Nuevo y honestamente ayudó a crecer como persona y a apreciar el mundo que nos rodea. Fue un día inolvidable con demasiadas emociones y gratitud de un lugar demasiado espiritual que viene a contagiarnos de la calidad de su gente y tradiciones impresionantes.